jueves, 8 de septiembre de 2011

Oporto

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Brilla el sol en el quinto pino. Un sol de justicia. Sol de gaviotas que van de aquí para allá o a ningún lado. Como yo. Un sol estúpido de olor a pescado y de fantasmas muertos de risa aquí conmigo sentados.


(¿Reventándome los pies apagaré algún incendio?)

2 comentarios:

Al nivel del suelo dijo...

Uy, precisamente tengo una amiga en Oporto y con los mismos pensamientos.

Haz los pasos más pequeños pero más libres.

Cecilia Sainte-Naïve dijo...

Llevo tiempo pensando es si aún está ardiendo o fue el frío, que lo mata también todo.

Espero, aunque más alejado que nunca, que estés bien.

Un abrazo